Santa Sofía es una magnífica maravilla arquitectónica que ha resistido la prueba del tiempo durante más de 1.500 años. Construida originalmente como catedral en el año 537 d.C., fue convertida posteriormente en mezquita en el siglo XV y, finalmente, en museo en 1935. La gran cúpula, los intrincados mosaicos y los elegantes arcos la convierten en un espectáculo impresionante.